Opinión:
La publicidad es para todos, no hace distingos entre ricos o pobres. Le dá lo mismo, necesita de todos y tiene productos para todos.
Por Norberto Álvarez Debans
Expreso una opinión a mi colega, profesora limeña Nani Cárdenas, a raíz de su interesante artículo: “Pobre publicidad” leído en Opinión de la Pontificia Universidad Católica del Perú (1) En la Argentina como en todo el mundo, ricos y pobres son objetos y sujetos de la publicidad. Para disfrutarla, para padecerla, para adoptarla como profesión, para enseñarla, para publicitar productos, para informarnos sobre productos, para criticarla, para premiarla.
A la publicidad le da lo mismo, se la use para lo que se la use. ¿Qué ha logrado con su actitud desenfadada y liberal? Que los súper y los hiper mercados exhiban en sus góndolas entre 50 y 100.000 productos junto a sus líneas de extensión y que se los compre. Parece que vivimos en una sociedad de abundancia, pero con consumidores pudientes y no pudientes, a la hora de efectuar compras deseadas.
La publicidad tiene otro logro atrevido, a fijado en nuestras mentes y para siempre los isologotipos de las marcas. Acaso pueden olvidarse del óvalo de Ford, de la M de McDonald, del paralelogramo rojo y blanco de Malrboro, del sinuoso y cambiante isologo de Coca-Cola, no podemos. Vamos a convivir con los iconos de nuestras marcas preferidas –de las otras, no tanto- posicionadas a fuerza de consumir publicidad, en nuestro cerebro. Allí están, junto a nuestros recuerdos más queridos. La publicidad es parte destacada de la vida de todos.
El tema es que todos somos seres deseantes y necesitados y la publicidad nos informa sobre escenarios donde se encuentra el producto que va a satisfacer estas apetencias. Nos informa, nos educa, sobre consumo, pero debemos alertar sobre la importancia de adoptar una lectura crítica de tantos mensajes impactantes, seductores y motivantes, para que sean apreciados en su justa medida.
¿Acaso todas nuestras representaciones de productos y de marcas no son imágenes publicitarias? Como sujetos cognoscentes no los podemos representar de otra manera, son símbolos publicitarios que han despertado nuestro imaginario, más allá de nuestra situación económica. Creo que no es el modo de ser de los productos-marcas en si mismo, es el modo en que la publicidad nos lo representan, lo que nos atrae.
Estimada colega, la publicidad en la Argentina no se pregunta quién es rico o quien es pobre, les cae a todos por igual. Ella como buena madre, nos cobija a todos y esta llena de productos satisfactores.
¿”Será por eso que la queremos tanto”?
(1) Link: “Pobre publicidad”: http://www.pucp.edu.pe/puntoedu/2005/num10.pdf
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