Paper Docente
Prof. Norberto Álvarez Debans
Universidad Argentina J. F. Kennedy
Temas para conceptuar en las asignaturas:
Medios Publicitarios I.
Medios de Comunicación II.
Publicidad y Comunicaciones.
Comportamiento del Consumidor.
Se argumenta brevemente sobre el hombre, persona, personalidad, conductas, estilos de vida, consumo y sociedad. Se detallan temas relacionados, como disparador para abrir discusiones sobre los mismos, reflexionar y conceptualizar en clases.
Temas a desarrollar.
Ser humano y persona. Persona. Construcción de personalidad. Una forma de sentir. Una forma de conducirse en la vida. Lo creativo y lo receptivo. Pensamientos y comportamientos. Interpretación y transformación, desde la percepción de cada individuo. Realización. Conductas de comportamiento frente a la existencia. Estilos de vida. Tener satisfacción en la vida.
Ser humano y persona.
Se ha expresado que el hombre es “Articulación y conjunción de un cuerpo y un alma”. “Un viviente y un logos, un elemento natural (un animal) y un elemento sobre-natural, social, divino” Entonces, podemos pensar a este hombre como un “ser humano”, un individuo, “un ser pensante, deseante y necesitado” capaz de construirse una personalidad para si, para el entorno, para la familia, para el trabajo, para el mercado donde actúa. El término “Persona” refiere a “Máscara”, la que cubría el rostro de los actores en la representación de la tragedia griega. La Persona se convierte así en un personaje y adopta una “Personalidad” para comportarse donde actúa cotidianamente.
Persona.
La Persona construye una personalidad, una forma de sentir y conducirse en la vida. Los pensamientos y el comportamiento se ven interpretados y transformado desde la percepción de cada individuo y determinan conductas de comportamiento frente a la existencia.
Construcción de personalidad.
El hombre se ha transformado así en una Persona, desarrollando una Personalidad, un complejo, una construcción, estamos en presencia de un interno y un externo. Por eso expresamos que la Persona es fachada e intimidad. La Persona, decía Boecio, (pensador del medioevo): “Es una sustancia individual de naturaleza racional” Tanto Hegel como Husserl opinaban que: “La persona es una sustancia intelectual completa, que no depende de un supuesto”. Entendiéndose por “supuesto” las formas materiales, las cognoscitivas o del conocimientos, las formales, etc.
Entrando ya en el tema: Construcción de Personalidad, advertimos que el Dr. Enrique Rojas (destacado psicólogo español) ha expresado que: “La personalidad es aquel conjunto de elementos físicos, psicológicos, sociales, culturales, que se alojan en un individuo” La personalidad se nutre de innumerables acontecimientos, situaciones, vivencias, facetas de la existencia de los seres, que van dando forma a su persona y finalmente a su personalidad. Entonces, “Personalidad es aquel conjunto de pautas de conducta actuales y potenciales, que residen en un individuo y que se mueven entre la herencia y el ambiente” La infancia, las vivencias hogareñas, el jardín de infantes, la escuela, la universidad, el trabajo, la constituyen. Las distintas experiencias vivenciales; construcciones propias, congénitas y adquiridas, se van amontonando en el transcurrir del tiempo y van dando forma a la persona.
Tres aspectos son las aristas principales de la cara de la personalidad: La herencia, el ambiente y las experiencias propias de cada ser. Pensemos en ese “Bebe Angélico” que llega a un hogar, con su cabecita vacía y donde el ambiente hogareño comienza a “enseñarle” la vida, comportamientos; esto no se hace, esto si, el bien, el mal…. A veces una pesada herencia, un ambiente cargado de experiencias negativas, muchas veces fracasos. Es importante en este transcurrir, el crecer, tener lo más temprano posible, un claro modelo de identidad que configure la persona desde el interno. La personalidad no solo es la cara, la mirada, las manos, los gestos, la fachada, es también la intimidad. La cara oculta de la persona.
Una forma de sentir.
En la intimidad, en el interno, anida la verdadera individualidad, la esencia del sentir y desear, los anhelos. Ser una persona libre debería ser un anhelo, una búsqueda a emprender desde muy temprano, libre de pensamientos, libre de hacer y decidir. Es necesario buscar y encontrar conocimientos, personas, pensadores, contrastar, deducir, conductas dignas de imitar, conceptos a considerar, que conduzcan hacia el camino imaginado. ¡Claro que este intento, puede llevar toda la vida! Para que suceda hay que tener anhelos, desarrollar un modelo de identidad, como ya se ha expresado, ser un libre pensador, independiente de ideas, disponer de ideas, disponer de uno mismo y concretar proyectos. Si se ha crecido entre personas libres, independientes de ideas, maduras y equilibrada, es muy posible que se tenga modelos coherentes de identidad. Por el contrario, ¿Dónde encontrarlos?
El bombardeo de contenido “POPOFUFA” (Política, Policiales, Fútbol y Fashion), repetido desde los medios de comunicación hasta el cansancio, básicamente desde la televisión, poco aportan al crecimiento de la persona. Las imágenes sombrías, de dolor, se suceden cotidianamente, se muestran personajes carentes de mensajes, no imitables, no emulables -y no es que no los haya en la sociedad- solo que los medios escogen personajes, efectistas, espectacularizados, vulgares, con el único fin de llamar la atención, de crear impacto en las audiencias.
Estos contenidos poco aportan al desarrollo de la personalidad, eso sí, la exposición continua al medio, transforman las formas de sentir. Sentir solo dolor, emotividad, temor, desazón, sensorialidad de efectos, sensaciones extremas. Nada de intelección, nada para cultivar la mente, para enriquecerla con conocimientos relevantes. Hay que pensar que las clases ilustradas se formaron desde el texto, históricamente la ilustración perteneció al hábito del texto y las clases medias bajas y bajas a la cultura de la imagen. Lo sabían los imperios, los aztecas, los egipcios, los romanos y lo supieron y lo saben hoy los tiranos, los dictadores; dar imagen al pueblo, iconos, estandartes, pancartas, tótem, fetiches de representación, de adoración. El mercado comercial ofrece marcas, símbolos. El mercado del espectáculo, personas idealizadas, mistificadas, estructuradas. Entretenimiento sin educación y sobretodo, para no pensar. El involucramiento regular y continuo con los medios audiovisuales modela personalidades mediáticas. Alumnos con estas percepciones, suelen pedir a los profesores en la universidad “clases divertidas”
Es necesario alentar la lectura de textos y acrecentar el espíritu crítico, ver, oír y percibir los medios sociales de comunicación con espíritu crítico, tamizarlos, filtrarlos. Hay momentos sociales en cada país que influyen negativamente en la construcción de los individuos y su identidad como personas, marcadas por la desorientación frente a modalidades, tendencias, que llenan el espíritu de incertidumbre, de desconcierto y de perplejidad. La sociedad actual, el post modernismo se ha caracterizado por este tipo de acontecimiento y sus repercusiones. Todo se discute, todo se revisiona, todo esta endeble, pareciera que solo avanza la “insignificancia”, al decir del filósofo Castoriadis. La personalidad debe funcionar como centro rector del ser, su persona es parte de su patrimonio psicológico, debe encontrar equilibrio para ser feliz, encontrarse consigo mismo, nos dice el Dr. Rojas. El concepto de si, debe ser fortalecido para que aparezca la felicidad de sentirse realizado.
Conducirse en la vida.
Según las etapas de la vida, del ciclo de vida en que se encuentren las personas, es como tienden a comportarse. El joven como joven, el adulto como adulto, el viejo como viejo, es natural. Pero estas etapas; Desarrollo, Crecimiento (una Impulsión hacia adelante). Luego; Estabilización o Meseta (Satisfacción, profesión realizada, producción). La Madurez y el Ocaso (Contemplación y desprendimientos) requieren que sepamos administrar las fuerzas involucradas en la acción y los sentimientos. La juventud no depende de los años, sino de las ilusiones que sepan tener, el continuo hacer en la dirección los mantiene joven.
Estas grandes etapas pueden ser fraccionadas en decanatos, Desarrollo: Los 2 primeros, para la niñez, la familia, la escuela, la adolescencia. Los próximos 2, Crecimiento: Impulsión para el trabajo, consumo, la familia, los hijos, amor, consolidación laboral, económica, formación personal (profesión, cultura, personalidad) y disfrutar. Cuando se transitan los primeros 5 decanatos, se entra en una Estabilización y, con 50 años ya todo el constructo debería estar consolidado. Con la adultez de principios y la estabilidad emotiva, aparecen el gozo y la felicidad. Luego, poco a poco se comienza a advertir la finitud de la existencia. A partir de los 50 años a más, es necesario prepararse para comenzar a gerenciar la próxima etapa: La Madurez, luego el Ocaso. Los hijos, poco a poco transforman a los padres en abuelos, le acercan los nietos para que los cuiden, algunos ven esta situación como una segunda oportunidad para criar y educar chicos, para reparar los equívocos, para jugar, para verlos crecer.
El entorno se llena de emoción y se transfieren nuevas alegrías, felicidad, en ocasiones también tristezas. Apreciamos la palabra pronunciada; “Abuelo” como antes resultaba agradable escuchar “Papá”. Esta última etapa se la asocia con la “Contemplación”, como parte de una elevación espiritual, mística o religiosa. Kierkegaard ha denominado estas etapas como la vida estética, la ética y la religiosa.
Kant ha expresado: “Somos siempre el mismo, pero no somos siempre lo mismo” La personalidad esta habitada por distintos elementos, físicos, psicológicos, sociales y culturales, todos jugando en nuestro interior, chocándose, combinándose, mutando continuamente, según el tiempo que se transite y según como se ha transitado en la vida. Puede crecer la ansiedad, al percibir la vida no acomodada según criterio. Es posible asustarse, frente al final de la obra, suelen aparecer crisis. Él tiempo ha sido también arquitecto de nuestra personalidad, la experiencia, “el vivir”, debería ser la mejor aliada de la persona. Estas crisis, algo así como malos presagios, como un futuro incierto, producen incertidumbre, desconcierto y perplejidad.
Lo creativo y lo receptivo.
Crear y realizarse. Desde el estado receptivo del ser es posible percibirlo, encontrar ideas, asimilar preceptos, conceptos, despertar el imaginario, los conocimientos que forman la personalidad. A partir de esta sensibilidad el hombre se abre a la creación, una facultad posible, suprema. Sus conocimientos, su intelecto y la perfección del estado receptivo lo llevan al alumbramiento, es decir, a ver donde antes no veía nada, a escuchar donde antes no escuchaba, a actuar, al hacer, facultades que desempeña y controla. Sus sentidos despiertan, su sensorialidad lo recrea e ilumina. El hombre receptivo percibe y crea, hace su entorno y su destino. La filosofía china asocia estos conceptos; creación, con el cosmos, el cielo, con lo espiritual y lo receptivo, con la tierra, la fecundidad, lo corpóreo, la materia, ambos conceptos se complementan. Una simbiosis que privilegia al ser que la habita y que al tratar de controlarla recrea la naturaleza, crea así una segunda naturaleza y la tecnología para sustentarla.
Pensamientos y comportamiento.
Nuestra conducta esta timoneada por el pensamiento, por la razón; la reflexión constante determina el comportamiento personal. Pensar es pensar y no hacer otra cosa, es necesario dedicarle tiempo a la construcción de reflexiones, a las hipótesis de conducta y ponerlas en práctica. El pensamiento, una facultad superior que distingue al hombre de otras especies, pasa a ser el motor de su existencia. El ejercicio de esta facultad, conduce a la persona en la dirección pensada.
Interpretación, transformación desde la percepción individual.
Hay interpretación y transformación continua en el ser. Cada ser con su personalidad ha formado un sistema de conocimientos que anida en el, creencias, paradigmas que le dan certezas y dudas, sobre el camino a transitar; De qué forma es posible comportarse en el transcurrir de la vida. La interpretación personal y la transformación de sus actos desde la percepción que recoge del entorno le permiten comprender el problema y actuar en armonía. Una importante premisa puede ser preguntar y analizar, como lo refiere Marinoff: Cual es el problema que lo inquieta, como lo afecta emocionalmente, contemplación del mismo y luego proceder con equilibrio a resolverlo.
Realización.
El sistema de conocimientos en el que se ha formado y el bagaje de experiencias transitadas, facilitan al ser humano y a su persona, a realizar su destino de existir. El ser en si se realiza, construye persona y personalidad, lo que es. Ha buscado su esencia y la ha encontrado. Los padres decían: “Debes hacerte hombre”, significaba para ellos, básicamente, crecer, cambiar de conducta, dejar atrás la niñez, la adolescencia y “madurar” pensamientos y comportamientos. Buscar y encontrarse.
Conductas de comportamiento frente a la existencia.
La personalidad adquirida, formada a través del tiempo se constituye en un “estilo de vida” que afecta la forma de pensar, sentir y reaccionar; es decir, interpretar y conducirse en la vida. De allí la necesidad de fortalecer esta personalidad, no dejar que se vacíe, no copiar las modas, las que propone la televisión, los medios en general, revisar y corregir constantemente para no perder el foco.
Estilos de vida.
Un estilo de vida, que es posible definir como la forma, el molde, en que vive una persona o grupo de ellas, en una sociedad determinada. Adaptar la vida acorde a la persona o ésta adaptarse a la vida y circunstancias. Es una pregunta. Pero, qué es la vida sino la propia actividad, la voluntad de hacer, la acción de hacer todos los días con un estilo propio. Esta actividad puede crear hábitos y dar forma a un estilo, propio de ser uno mismo, frente a los otros. Hay pensamiento, circunstancias de entorno, afectividad y consecuencias que determinan una conducta reiterada y este comportamiento labra una forma de actuar, perfilando así un estilo de vivir, de ser, frente al mundo.
La actividad apetitiva, ese deseo de hacer, de apetecer es la voluntad, puede decirse que se apetece “el bien” o, un bien. Hoy la búsqueda pasa por el bien material, por dinero y este puede satisfacer deseos sensoriales, intelectuales y materiales. Los bienes inmateriales o espirituales estarían fuera del dinero, aunque no siempre es así, se sabe. Los comportamientos desde la persona, desde la voluntad, apuntan a encontrar un medio para llegar a un fin, la felicidad. Lo criticable es pretender alcanzarlo con el ejercicio del consumo, comprar más de lo necesario es decir ser consumismo, situación que transforma a la sociedad en consumista.
Elegir los medios es útil para alcanzar fines, alcanzar comportamientos para crear una realidad personal. Ser Persona, es tener una personalidad, un estilo de vida que nos permita sobrevivir dentro de sociedades consumistas, donde se privilegia el tener por sobre el ser intelectivo. Podríamos aplicar una premisa de Kart Popper respecto de la ciencia, él expresó: “Sé inventivo y crítico” Para nuestro caso; formular las ideas, las reflexiones con la mayor precisión posible, para mejorar la situación del entorno de la persona y la construcción de personalidad, con espíritu creativo y crítico, conceptos que pueden aclarar el camino del que-hacer.
Tener satisfacción en la vida.
Se exponen 5 estilos de vida saludables (condensado de la expresión de una persona, se diría “aparentemente común”: Luz Helena Maya, una enfermera de gerontología, que vive en Costa Rica, no tiene dudas sobre el “porqué” de la existencia y lo expresa así:
- Tener sentido de vida, objetivos de vida y un plan de acción.
- Mantener la autoestima, el sentido de pertenencia y la identidad.
- Mantener la autodecisión, la autogestión y el deseo de aprender.
- Brindar afecto y mantener la integración social y familiar.
- Tener satisfacción con la vida.
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