Publicado en el libro:
Una Sociedad a la deriva de Cornelius Castoriadis (1)
Entrevista a Cornelius Castoriadis por Jocelyn Wolff y Benjamín Quénelle (2)
¿No choca el proyecto de autonomía, fundado en la participación de los individuos en los asuntos de la colectividad, con los efectos letárgicos de la televisión y de los medios de comunicación?
La televisión actual es un medio de embrutecimiento colectivo. Y en Francia aún no hemos visto nada. Aquí una película se corta dos o tres veces con la publicidad, mientras que en los Estados Unidos o en Australia, por ejemplo, los cortes publicitarios duplican o triplican la duración de la película. Esto, además, no es una maldición “norteamericana”. Es el molde capitalista, la publicidad –por lo tanto, los sponsors-dominan los medios de comunicación. En Le Monde Frappat y Schneidermann lo señalan todas las semanas: los programas más o menos interesantes están a la una de la mañana. Si quisiera ponerse la televisión, la radio y los demás medios modernos de comunicación al servicio de la democracia, esto exigiría cambios en la estructura misma de los medios de comunicación: Éstos, tales como son hoy, encarnan una sociedad de dominación en su estructura tanto material como social: un polo emisor, una cantidad indefinida de receptores anónimos, aislados y pasivos. El papel de los medios de comunicación es totalmente conforme al espíritu del sistema y contribuye poderosamente con el embrutecimiento general.
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Citas texto:
(1) Una Sociedad a la deriva, Cornelius Castoriadis, Cornelius. Katz Editores. Buenos Aires, 2006.
(2) Entrevista del 28 de diciembre de 1992, con Jocelyn Wolff y Benjamín Quénelle, publicado en la Revista Propos, Nº 10, Estraburgo, marzo. 1993. pp. 23-24
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La imagen la agrega Intelectiva, para ilustrar el texto original. Ilustración: Copyright Intelectiva 2009